Xilitla, un secreto de la Historia del Arte

Un palacio surrealista en plena selva

La Huasteca Potosina

Xilitla se parece más al Golfo de México que al centro del país, por supuesto forma parte de la húmeda Huasteca. Pero también es la última selva que existe en el continente si se avanza de sur a norte. Debe ser por eso que el verdor de Xilitla se expresa con tanta fuerza, como si le desesperara saberse el final de la exuberancia y quisiera mostrarse como una majestuosa culminación. cerca, no te pierdas ningún detalle. Cada una de nuestras experiencias taurinas está pensada para ti.

Sin el alborozo del mercado, Xilitla luce su belleza tropical. Tres son sus calles principales: Miguel Hidalgo, Mariano Escobedo y Corregidora. En ellas se encuentran elegantes casonas que provienen del pasado ilustre del pueblo gracias a las zonas cafetaleras. Se le llegó a conocer como la Atenas Huasteca. Era habitual encontrar a los lugareños vestidos glamorosamente; sus hijos viajaban a Europa a estudiar y sus hijas se dedicaban a las artes que entonces se pensaban propias de las mujeres. La llegada del millonario Edward James renovó estos afanes culturales. A la vez de las famosas pozas, James edificó la Posada del Rey, que ahora es un hotel boutique cuyo atractivo principal está en sus construcciones originales (pasadizos secretos, tubos deslizantes y galerías al aire libre).

A 3 km del pueblo se encuentra Las Pozas, el único jardín escultórico surrealista en el mundo, que está en continua reelaboración. Aunque sus últimas construcciones son de 1984, el musgo, los hongos y los helechos siguen poblando las esculturas. La pretensión es crear una ciudad perdida en la selva, y su descubrimiento deja perplejo al visitante: columnas invertidas, ventanas góticas, serpientes que se vuelven palomas, jacuzzis con forma de ojos, flores de piedra, aviones como ballenas; estructuras que retan al sentido común y a la ley de gravedad.
Este jardín lo concibió el millonario Edward James, ahijado del rey Eduardo VII de Inglaterra y mecenas de varios artistas surrealistas, como Salvador Dalí, René Magritte y Leonora Carrington, James viajó a México en los años cuarenta y en Cuernavaca conoció a Plutarco Gastélum, indio yaqui, boxeador y clavadista, quien trabajaba en el telégrafo. Juntos viajaron por el país, les dijeron que en Xilitla había una selva llena de orquídeas. Cuentan que James se bañaba en una cascada del rancho La Conchita, cuando una nube de mariposas se posó en él. Entonces compró el espacio para crear el jardín, cosa que ocurrió de 1949 a 1984.